TU CAMA
Despierta y aún en la cama.
Observaba tu mirada perdida.
¡Que sueños escondías!
Que hasta mi alma flameaba.
Con el pelo en tu cara.
Rozando el inmenso valle de tu boca.
Y tu pecho de nácar.
Descendía hasta un volcán de lava.
Llega la mañana, y con la ventana abierta.
El sol acaricia tu cara.
Y un resplandor reflejaba tu alma.
¡Que amor se respira en la estancia!
¿Tal vez un sueño irreal?
Descansa mi amor, descansa.
Autor: Manuel Chacón Berral.
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