Y el tiempo se detuvo en tu voz.
En tus ojos veo el universo.
Más allá, sólo más allá,
el sol calienta tus mejillas.
La brisa del mar acaricia tu pelo,
y lo enreda, jugando suavemente.
Destellos de luz perforan mi mente,
sentimientos abstractos, alcanzados.
Veo más allá, sin ver.
Y el mundo gira y gira caprichoso,
cuando no nos ve.
El crepúsculo despierta de su anochecer.
El arco iris de tu boca,
rosa menuda y hermosa.
Fruta fresca que se deja entrever.
Autor: Manuel Chacón Berral
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